sábado, 21 de mayo de 2022

Una oración solitaria

Señor solo Tú sabes el camino que he andado, presentado antes Ti de pequeño pero con una idea del mundo ya, disfruté de las maravillas de la naturaleza y la libertad que me diste y en especial la bendición de mis abuelos, que siendo humanos, con sus error y fallos fueron y son perfectos, en este plano y ahora a tu lado.

Alejado del común día por la distancia que había, empezó todo ser muy natural, no contar con nadie mas, al menos de mi edad, la visita de algunos pocos y de mis primos mayores contentaban mi corazón, mis juegos de a uno tuvieron un giro con la llegada de mis hermanos pero la distancia en tiempo aún era un pequeño escaño a solucionar.

De mi vida me enseñaron a moverla bajo el quiero, puedo debo, de mi abuelo y las dos reglas de oro de mi Otousan, aplicadas algunas veces torpemente siempre las tengo presente, durante mucho tiempo y a pesar de haber estado en un colegio parroquial el pasar de los años hizo que me alejara de ti, disfruté del mundo como creí que era correcto pero siempre al final recurría a Ti en las caídas, pasé por el agnósticismo y retomé la espiritualidad, me acerque nuevamente por gratitud y no a pedir y es que nuevamente me volviste a bendecir.

Es extraño que acercandome a Ti duden de lo que siento por Ti pero tiene sentido, mis oraciones solitarias, pasaron a ser de dos y nuevamente una bendición más apareció, el cuidado de un  ángel a tu lado me motiva a pensar que pase lo pase mientra siga recomponiendo mi compromiso contigo, avanzando, seguiras cuidando de nosotros.

En tus manos dejo mi destino mientras mis pies irán paso a paso, lento o rápido pero sin parar, bendice a todos y que se haga tu voluntad porque confío y tengo fe en ella.