lunes, 14 de noviembre de 2011

Regalo

No pensaba que allá aquel día en aquel lugar a alguien tan especial como la persona que ves frente al espejo me iba a encontrar; sentada en la soledad con los ojos por llorar un manto gris te cubría y el aliento se congelaba al respirar.

Intente no molestar pero no lo llegue a evitar encontrarme con tu mirar y terminamos encontrando un excusa para conversar.  Ya sin mucho que decir en mi mente decidí que a tu lado estaría para darte una tras otra alegría.

Mi mente y mi obsesión era llegar a ser tu dios y poco a poco a cada instante me mostrabas que era una simple ilusión; te di lo que tenía incluso lo que no pero bastó solo un instante y este efímero sueño terminó. No sin antes terminar de escribir te quiero confesar que aun guardo bajo mi manga un regalo final, este regalo es mi despedida y es que es hubiera querido darte libertad pero sin embargo es difícil cuando tu opresor eres tu.

 En alguna parte yo leí que al moribundo a veces hay que dejarlo morir...


No hay comentarios:

Publicar un comentario