domingo, 3 de abril de 2011

Las Cosas Que Pasan y No

"Las cosas que pasan, pasan por que tienen que pasar; las cosas que no pasan, no pasan por que no te quieres arriesgar"

Es lo que pude recoger de este viaje; aquí y ahora, sentado y cansado con las manos sobre el teclado pausado por ese beso nocivo que le doy al cigarro miro el techo y veo el humo subir, dispersándose como lo hacen las ilusiones.

Había sido un inicio duro con trabas y muchos obstáculos que vencer, el tiempo parecía acelerar su paso entre los espacios libres y volverse interminable en los cincos minutos finales de cada reunión, al atardecer tras dejar todo de lado sin patear el tablero pero con un cuerpo casi energías pude llegar a aquel asiento que fue cuna y arrullo para el viaje... las horas pasaban, recuperando energías de las que en verdad tengo que admitir muchas se iban pensando en cómo sería volverte a ver, que decir?, como decirlo?, manejar un abanico de opciones para no dejar ningún espacio de silencio entre nosotros... el primer día de viaje había pasado y al amanecer del segundo el sol por la ventana y una dulce sonrisa me despertaron: "buen día señor, gusta desayunar ya?" aun en automático y sorprendido por su voz solo asentí con la cabeza un descoordinado sí con el que la vi desaparecer, pero habían pendientes aún por resolver, sacando a los productos de la tecnología revise mis buzones, respondí los correos, comente y di clic en "me gusta" en cuanta publicación vi, con casi todas las tareas resueltas colocar el "ausente", postear el "ocupado", activar el "fuera de oficina" se sintió como cuando desaparecí de tu vida; ambos nos bloqueamos sin querer contacto alguno con el otro y por más que intento y busco en historiales no recuerdo el motivo.

Ocho horas más de viaje el sol en todo su esplendor y los paisajes un tanto conocidos me evocaban esa sensación a ya vivido mezclado con ese miedo ansioso que nace en el estómago y anuda la cuerdas vocales, pegado a la ventana cual niño en su primeros viajes seguía pensando como seria verte y un reflejo sobre la misma me dejaba ver entre claro oscuros un par de ojos que me miraban, llamaban mi atención; la velocidad disminuía y el alto llego la estación rodeándonos y una invitación a descender me hicieron reacciona y a la mirada desaparecer... el viaje había terminado ya, sin embargo sentía que para mí recién se iniciaba el verdadero.

Al bajar no esperaba mucho, a cada paso rebuscaba entre los recuerdos como llegar a tu casa a aquella casa que alguna vez me alojo, aun viviría tu perro guardián el que me contabas era fiero y la primera vez lo dibujaste como un cerberos y cuando lo conocí no era más que un pequeño cachorro? aun estaría en la esquina la planta de azucena que por las noches mientras compartíamos un cigarro y tus caprichos de estación ocultaba el olor a tabaco con su aroma natural? habían tantas dudas que intentaba resolver por mi cuenta y tras el último escalón junto con mi cuerpo que toco el suelo cayeron todas las dudas, las preguntas y respuestas programadas todo aquello que pude meticulosamente preparar, cayo todo al verte parada en el borde del camino con las manos atrás y luego llevarlas hacia tu cintura en señal de "al fin, tanto tiempo me haces esperar"

Empujado por el resto de pasajeros solo podía repetir dentro de mí: izquierda luego derecha, izquierda, luego derecha, izquierda luego derecha, y entre pausas recordaba respirar, con un beso en la mejía mis maletas también cayeron, un abrazo sin fin lo continuo y tras tu rostro de sorpresa y falta de aire solo atine a decir: hola; las sonrisas pasaron a ser risas el momento de tensión había pasado caminando a tu lado recorriendo el camino hasta tu casa que parecía no haber cambiado, el mismo cachorro ahora ya más longevo saliendo a saludar, "no has cambiado, deja de engreírlo" fue tu frase para luego pasar a la comodidad de tu sala, el orden estricto de siempre las cosas en su lugar como si nada pudiera alterarlo me sentía por alguna razón incómodamente bien.

Los días pasaron casi sin darme cuenta o como si no quisiera percatarme de ellos, desayunos preparados por mí, almuerzo en las afueras por ti, noche de caprichos tuyos y un cigarro nuevamente en la oscuridad de la azotea mientras conversamos de todo lo que había pasado, de los cambios que habías tenido y lo que veías en mí, en como extrañabas la planta de azucena que ahora ya no estaba, de cómo había avanzado la ciudad casi llegando al pueblo y en esa última noche de como la ciudad me había alejado de ti y de cómo tu habías huido de mí.

Hubo un tiempo en el que tu corazón latía por el mío y sin embargo no se dio porque yo tenía a mi lado a quien fue en su momento mi salvación y no me di cuenta, cuando cambie las gafas de la vida y te vi como quien siempre estuvo a mi lado y quería compartirlo todo contigo abrí mi corazón y pareció haber sido un sentimiento compartido espere una respuesta y te hallé con otro encerrada en una burbuja de la que tú misma habías decidido vivir, nos alejamos pero como la historia de un mundo de ficción, pequeño, al alejarnos solo conseguimos volvernos a encontrar, en ese reencuentro te vi herida y fui quien te cuido pagándome al tiempo con tormentos, al ver tu desdén y tu animo de auto dañarte no soporte y te deje por tu cuenta esperando que te dieras cuenta que me podrías perder, al ego mezclado con psicología solo le pude sacar tener por un tiempo tu compañía, pero nuevamente solo fue temporal una extraña y aun no recordada discusión hizo que nos alejáramos y hasta ahora en este tiempo compartido tras estos días unidos compartiendo el mismo espacio pareciera como si ninguno quisiera arriesgar en dar un paso más...

Esta es la ultima noche, sabes cuando las cosas no son no serán; fueron las últimas palabras que te oí decir al bajar por las escaleras y arrojar el cigarro a medio terminar; habías sido tan clara que solo me quedo sentarme a acabar el cigarro que dejaste caer y fumar uno más por mí, por ti, por lo que no fue

Ya al amanecer con las mismas maletas que casi ni se abrieron tomo el bus de regreso sin mirar atrás porque sé que no estas, decía por "por algo pasan las cosas" y una voz me replico "las cosas pasan por que tienen que pasar, pero las que no pasan es por qué no te quieres arriesgar, bienvenido nuevamente tome su lugar" .... y así emprendí el retorno

No hay peor aventura que la que dejamos pasar, en esta vida dicen que no hay tiempo para arriesgarse sin embargo preferimos gastar tiempo lamentándonos… a punto de cerrar la lap, apago el ultimo cigarro, doy clic en publicar y apunto aquel número de celular escrito en un ticket de viaje en mi celular, mañana es otro día y pasará lo que tenga que pasar y quiera que pase... 


No hay comentarios:

Publicar un comentario