sábado, 15 de enero de 2011

Last Note: Revelaciones: La respuesta a destiempo : la vieja historia de Karniel & Sahar

Habia caminado un buen tiempo por el mismo sendero, topando con hadas, duendes, aves fenix, caballeros, aldeanos, guerreros, mascaras, reinos y demas personajes hasta que dos niños llamaron mi atencion me acerque a ellos y los reconoci, era mis pequeños de "cuando tenga 5 nuevo", tiernos ellos jugueteaban alrededor de una fogata me acerque y pregunte: con quien estan pequeños? - esperamos al narrador de historias, el que usa esa manta vieja y tiene los ojos nublados y habla gracioso acoto la pequeña mientras se escondia detras de su compañero. Jugamos y esperamos que llegara el viejo narrador pero no lo hacia, mi nocion del tiempo estaba perdida y no podia dejarlos solos, calculando la hora con la luna les propuse descansar no sin antes contarles una historia: Siiiiiiii!! una historia!! - usted sabe contar historias? - sonrei- no es lo mejor que hago pero hoy para ustedes dare mi mejor esfuezo, era inevitable no armar todo un escenario para ellos, sus ojos abiertos, sus oidos atentos sentados frente a mi iluminados por la luz de la fogata, y empece asi:

Hace mucho tiempo atras en el tiempo poco despues del Primer Atardecer hubo un joven llamado Karniel y una princesa llamada  Sahar, vivian en mundos distintos pero algo los unia a pesar no de conocerse y era: la libertad de soñar... cada uno tenia sueños distintos, metas las cuales alcanzar, era como dos lanzas apuntando en direcciones distintas formando una V, un mismo punto en comun,  finales totalmente alejados...

Ambos pertenecian al mismo reino pero un dia Karniel fue expulsado por su rebeldia a la realidad, fue llevado a la corte del reino y quizas ahi lo vio Sahar por primera vez, eso aun no lo se, pero su nombre se hizo conocido y es que sus malabares de saltinbanqui llegaron a ser epicas y su sonrisa que no se desdibujaba toda una leyenda entre las pequeñas calles y recobecos de las ciudad; obligado a vagar fuera de los muros de la ciudad decidio recorrer el mundo despues de las arenas y los bosques, asi desaparecio...

Sahar, joven princesa llena de energias poco recordaba de aquel nombre, todas las tardes mientras los maestros del reino llegaban a enseñarles las ciencias de la vida, los calculos y metodos de negociacion comercial, ella dejaba por momentos volar su mente imaginando su libertad, las noches de desvelos eran casi un pasatiempo para ella y solo ella sabia lo que pasaba por su mente en ese momento, ni los grandes consejeros del reino sabian explicarlo y mucho menos los entrenadores de la espada como podia mantener tantas energias y vitalidad  por la mañana.

Pero un día, como en todas las historias, una ventana abierta (libertad!) el deseo de conocer mas y el cruce de caminos mal señalado en el siguiente pueblo hizo que Sahar llegar a al mismo puerto donde estaba Karniel, la ciudad de Geskalth, una ciudad muy unida donde los forasteros no eran los mejores recibidos pero que sin embargo los adoptaron a ambos con cierta facilidad, Geskath era conocida como una ciudad ordenada de normas y una autoridad ejemplar, sin embargo a pesar de lo contrastante que puede sonar con nuestros personajes posee gran variedad de paisajes bellos, uno de ellos era conocido como el arco de la piedad una formación rocosa en un risco frente al mar donde había al centro una piedra sobre la cual al recostarte quedaba tu mirada entre el horizonte lejano y el infinito del cielo, acariciado por la brisa del mar y el susurro sutil de las ramas de los arbustos cercanos.

Sahar paseaba curiosa y observadora por las calles que llevaban a la playa cuando de pronto entre gritos de alto y el sonido de pisadas raudas sobre los techos salió de la nada Karniel llevándosela casi de encuentro, evitando el impacto frenó y sus miradas quedaron congeladas, Karniel se perdió en lo profundo de los ojos de Sahar mientras su rostro recibía la dulce caricia de una cachetada, no fue el mejor encuentro pero al menos sirvió para su encuentro, Karniel reacciono del piso y logro esquivar a sus perseguidores no sin antes volver a ver esos ojos que lo congelaban. Su sombra fue lo último que se dejó ver entre los tejados y las cestas de los pescadores.

Ya en la playa con el atardecer a medio realizarse, con los niños disfrutando de los últimos rayos de luz antes de volver a casa, se escuchaba un susurro lejano como una canción de antaño, “es la historia del primer amanecer” se escuchó una voz que cortaba la calma, Sahar volteo y ahí estaba sentado sin preocupación Karniel, tan fresco como la mañana mirando fijamente el tornasol del cielo.

Eres todo un caso jovencillo replico ella, cuál es tu nombre? – Karniel, Karniel el Karniel de Balamb – Si? Has oído de mí? – Algo, todo lo que hayan dicho es mentira incluso si es bueno!; fue su carta de presentación envuelta en una sonrisa, y fue aceptada.

Los días pasaron entre caminatas, conversaciones, historias y algunas travesuras, las horas que estaban juntos pasaron a ser más prolongadas, las conversaciones con tonos más suaves, las historias contadas pasaron a ser nuevas aventuras forjadas y un día una travesura se convirtió en un beso.

- WoWoW un beso exclamo la pequeña cortando temporalmente mi narración; si así es un beso, - tu nunca me has dado un beso no? Le pregunto a su compañero que no tardo en cambiar de color y soltar un tímido: “no” – Sigamos pequeños que si nos detenemos ahora la historia puede cambiar de final,  - no, no, no continua ndugu continua…

La sorpresa en ambos no se hizo esperar, la alegría toco sus corazones pero así como repentina fue la alegría despareció, irónicamente el lugar estaba adornado por titancas que se habían de alguna forma adaptado a la zona. Un soldado mensajero del reino vino por ella y sin mediar palabras se despidieron con una mirada, así como cuando se conocieron, una mirada.

Mientras la imagen de ella se veía desaparecer entre los pilares del acceso sur de la ciudad, Karniel meditaba en la torre central, esperando hallar una respuesta a lo sucedido y más que eso una respuesta a lo que sucederá, la duda era grande y el trayecto también así que fue acortado ambos con su regreso.

Nuevamente en Balamb, con unos días de diferencia y el cansancio del viaje, por fin las mismas altas murallas que vieron su espalda al partir ahora lo tenían frente a frente, era el inicio, entre escondijos y pasajes consiguió entrar, entre las calles estrechas y viejos amigos ingreso al castillo ahora solo bastaba ubicar entre todos los cuartos el que alojaba a Sahar, guiado por el instinto y algo de percepción recordó el aroma de arándanos azules que ella solía usar mientras se acercaba a la fuente recordó como con una mirada ella podía apaciguar sus ímpetus, habría sido tocada por ese don y esa calma es uno de los motivos por los cuales regreso…  a pocos metros de llegar se escuchó un “alto!” un guardia se percató de su presencia y tuvo el tiempo suficiente de cogerlo mientras él aun reaccionaba de sus recuerdos.

Volteretas, giros y ademanes fueron inútiles ante Kenyataan, el guardia personal de Sahar, todo el barullo que ocasiono logro que ella saliera de su habitación le pidió a Kenyataan le diera unos minutos a solas con el intruso… cumplidas las ordenes al pie de la letra, con la puerta cerrada una ventana que da a un jardín adornado por lirios de agua y muscaris, el silencio volvía tan tenso el ambiente que parecía absorber todo el aire a su alrededor, Sahar tomo lo palabra como se toma un estilete, con gracia y precisión… recordó lo vivido, pronostico lo mucho que podrían sufrir en el futuro y lo que significo ese momento, “eres un varjat sin techo” fue la frase que perforo el corazón de Karniel que con su impetuosa arrogancia trato de esquivar, aceptando sin chistear lo dicho, sin embargo solo logro que la herida sea fatal.

En un acto que deseo tomarlo como piedad ella salió corriendo de la habitación y llamó a Kenyataan, entre gritos, los que despertaron a Karniel de su agonía y le dieron el pie para salir huyendo por el jardín.

Hasta ahí niños es la historia que yo conocí. Ndugu!! no vale no puede terminar asi, no tiene final no vale – no no vale – tranquilos, hasta ahí es lo que yo conocí y ví ahora les contare lo que me contaron que sucedió… quieren oir? – Sii! Siii!  - dijo vió?-

Karniel regreso al cuarto de vivía se encontró con su viejos amigos y vieron que su sonrisa había desaparecido, “Ey donde estuviste, donde te robaron la sonrisa que nuevas historia nos tienes para contar” ninguna que pueda ser oida todavía, respodió .

En la mente de Karniel solo rondaba aquella frase “eres un varjat sin techo” , tanto pensaba y que se podía oir por las noches como conversaba consigo mismo en sus sueños, ser un varjat es mi magia es mi distinción en este mundo como es posible que sea ahora mi condena , no lo entiendo, si fuera un varjat sin techo no estaría aquí ni asi que esta sucendiendo que me está sucediendo a mi …

Asi pasaron muchas noches entre desvelos y días consultando a viejos sabios y también a jóvenes novatos una explicación…

Hasta que un día llego la inspiración que tanto quería y pudo armar una respuesta, una respuesta a destiempo una respuesta tardía, y esa respuesta es esta:

“Soy un varjat  de la alegría mi alimento son las sonrisas de los demás, lo hago para conseguir la mía, una alegría de verdad; es cierto que vuelo entre sueños y fantasías buscando una mejor realidad, que me alejo de este mundo… sin embargo Sahar no soy un varjat sin techo mi techo es el cielo y el cielo es ilimitado, los varjat no volamos eternamente en el firmamento no somos ajenos a la tierra y yo mucho menos, cuando el público no está muchas veces mi ser no solo está parado sobre la tierra sino bajo ella, escondido por seguridad; mi filosofía es distinta y no lo niego tampoco pido que la entiendan o la descifren , al igual que mis dibujos que alguna vez viste sobre la arena no es complicado sino complejo, es porque uno todo lo que me rodea para que no se aleje de mí, no vivo de la improvisación constante cada salto sobre los tejados han sido estudiados para no caer, cada frase que digo obedece a un abanico de opciones que llevo en la mente tratando de conseguir el mejor resultado adelantándome a los hechos,  sin embargo tú tienes el don de controlar mis impulso, de perderme en lo profundo de tu mirada, de no poder anticiparte de descuadrar mis cálculos y mis emociones, contigo es distinto el vivir… es vivir... si te preguntas porque vuelo no es porque deseo escapar de esta realidad ni del suelo, vuelo por que las cosas que quiero estar sobre mí, porque desde arriba veo una realidad mejor y la grabo en mi mente para aplicarla aquí, en este mundo terrenal, entre esos vuelos que he tenido te conocí y eres lo más valioso que quisiera tener no como objeto, no como tesoro, sino como mi complemento para formar un nosotros, sé que nuestro destino eran dos saetas que formaron una V al inicio y que un momento se convirtieron en una X cruzándose,  que el análisis solo brindaba un final de caos y desorden… pero ambos como variantes no podemos ser pronosticados, solo evaluados al final, sé que has tomado una decisión que siempre estarás al cuidado de Kenyataan, pero yo seguiré aquí al otro lado de la ciudad, sonriendo porque lo que siento me da una alegría distinta y esperare a cuando quieras arriesgarte a vivir lo que no vivimos

Y así fue la respuesta de Karniel, - y ella que dijo? – pequeños eso no lo sé aun, pero descansen mañana al salir el sol los llevare a su pueblo, buscaremos al narrador de historias mientras le cuentan todo lo que les he narrado yo partiré y a mi regreso les diré cual fue la respuesta de Sahar – lo prometes Ndugu? Sí, es una promesa que les cumpliré. Ahora descansen que la noche es fría yo velare sus sueños.

Así paso la noche, con los niños arropados alrededor de su Ndugu a la mañana siguiente, tal como lo dijo buscaron al narrador en el pueblo y encomendó a los pequeños, una mirada larga se dieron el narrador y el viajero como solo se dan cuando miras un espejo, el pregunto: narrador tú ya sabes el final de mi historia no? – Sí, pero no es mi deber contártelo es algo que tu deberás descubrir solo y cumplir con la promesa de regresar y contársela a ellos…- Así lo hare, reflejo añejo así lo haré.

Fin

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